lunes, 22 de noviembre de 2010

La antítesis que me hace más fuerte

Siento orgullo de mi especie, que, escasa en instintos y carente de fuerzas, ha levantado todo esto, ha masacrado el mundo con el único fin de sobrevivir por encima de sus necesidades, realizando las utopías ideadas por su intelecto.
Siento orgullo al poder hablaros desde tan lejos, llegar a una casa y tenerlo todo tan al alcance de la mano, encender la pantalla y encontrar mil sonrisas que me dibujan la mía, escribir mil poemas y poder mostrárselos a todo el que se preste, y, lo mejor de todo, es dar a conocer todo cuanto me quema... y nada me hace arder con más eficacia que la rabia y el desprecio hacia el egoísmo humano, que ha utilizado su talento para hallar una felicidad, cuyas metas son tan inalcanzables que jamás le va a llegar, y a costa de su búsqueda enfermiza, destruye, en consecuencia, el maravillo planeta que le otorgó el derecho a la existencia. En esta constante antítesis me hallo, entre un orgullo y un desprecio que me impulsan, a su vez, y dan fuerzas para luchar por mis propias utopías y convertir mi mundo en un sueño de colores, por imposible e infantil que resulte, prometo, desde aquí, no rendirme jamás. Quiero dejar mis huellas, por todo rincón que mi tiempo alcance y comenzar, a base de los primeros granos de arena a convertir la tierra en un lugar mejor. Por lo pronto, he comenzado por salir, interiormente, de este redil, de seguir al rebaño, apelando a la objetividad, sólo espero que nunca me falten las fuerzas de continuar esto que he comenzado y es que nada me hundiría más que no luchar por mis sueños.
Moriría frustrada si no lo intento.
¿Colaboráis?

1 comentario: