domingo, 31 de julio de 2011

Vacaciones

Bueno, este maravilloso Julio va llegando a su fin, mañana empieza agosto y toca ir abriendo los libros, así que no era para menos hacer una valoración de este mes tan... sabático como productivo.
Primer destino: Ortigueira. Por segunda vez consecutiva, en fin, qué decir de tan magnífico festival, con opciones entre la calma, la playa, la juerga y el disfrute de las buenas compañías, contemplando fauna humana de todos los colores y olores imaginables y las enagenaciones que en ellos producen las sustancias... Todo un estudio sociológico acompañado siempre del buen rollo (para unos más que para otros) y poder ver, cada día el amanecer nublado de Galicia.

De ahí, pasar unos días asentando la cabeza, aclarando ideas y, por supuesto escribiendo folios y folios con destino a ninguna parte, mientras preparaba mi segunda maleta para marcharme a Santander, donde me esperaba mi hermano y las demás gentes de la UIMP, siempre con sus sonrisas, su hospitalidad y sus brazos abiertos. Esta semana fue la más productiva, haciendo un curso sobre el self, y su relación entre lo biológico y lo social, mientras iban floreciendo buenas relaciones con los compis del curso, hice rapel (o un intento) en una pared de la playa y me puse al día con la gente de allí, que llevaba años sin compartir unas cervezas con ellos en el bar de Paco, sin duda toda una experiencia completita, salvando el mal tiempo que no impidió que me pegara un buen chapuzón en la playa una tarde cualquiera.

Después de otros días de recomposición entre el hospital, el veterinario, otra vez los folios y rellenando la tercera maleta, acabé en Cáceres, donde me recibió mi querida Sharona, la mejor guía turística de Extremadura. Y qué decir, ¡buf! qué increíble es la parte antigua de la ciudad, y más por la noche, con tantos rincones bohemios invadidos por el silencio y la paz, con los balcones en los ángulos de los edificios, el suelo adoquinado, ese rápido y entusiasmante recorrido que hicimos por aquellos barrios tan llenos de magia y terminaron, por no variar con unas cervecitas en el body. Después la visita al valle de los cerezos desflorados, donde cruza ese Jerte que busca la poza en la que poder estancarse y quedarse tranquilo justo igual que nosotras, no hay nada como excursionar de noche ¿eh Sharona? Anda que si no es por Juno...

Y, en fin, eso es un resumen rápido, simple y casi frívolo porque hay demasiadas emociones por contar que no caben en un cuadrado electrificado, ahora toca enfrentar la realidad, devolver a mis fieles acompañantes, Juno y Yuca a su hogar y coger los libros persecutorios, haciendo un parón para dejarnos ver por Granada y Cuenca. Sin duda uno de los veranos más completos de los últimos tiempos, no ha sido fácil porque había puesto altas las espectativas y, finalmente, se cumplieron, atravesando la península de norte a sur, de este a oeste, intercambiando opiniones con los indignados, porque algunos aún tenemos fe en que la lucha sigue cueste lo que cueste.

1 comentario:

  1. Unos días completitos, sí señora. Ahora estudia un poco, que me toca a mí ir a Madrid ;)

    Besotes y abrazos!

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